- ¡Llegáis
tarde! –oímos gritar a lo lejos.
- ¡Perdón! –respondí.
Nos
acercamos un poco más para no tener que gritar por la calle.
- Por lo
menos no somos los últimos, ¿dónde están Álvaro y Vane?
- No han
contestado, tendrán cosas que hacer.
- Qué raro…
Vane nunca se pierde una cena.
- Ahora les
llamamos otra vez. ¿Entramos? –propuso Cora.
El McDonald’s
estaba llenísimo. Cogí mi móvil y marqué el número de Vane. <<Bip… bip… bip… bip… bip… El número al que llama está apagado o fuera de cobertura. Deje su mensaje después de la
señal. Bip>>
- Qué raro… Vane no me coge el
teléfono… les dije a los demás.
- Sí que es
un poco raro… ¿habrá pasado algo? –dijo Alba.
- Chicas,
haced hueco que las bandejas pesan. –dijo Carlos.
Miré a
Patri. La notaba un poco ausente.
- Voy al
baño, ¿Vienes Patri? –dije.
- Sí.
Nos
levantamos y fuimos hacia el baño. Abrí la puerta y me apoyé en el lavabo.
-¿Qué te
pasa? ¿Estás bien?
- No…
-respondió sollozando.
La abracé.
<<Puedes contar conmigo para lo que sea, ya lo sabes, ¿no?>> Le
susurré al oído.
Salimos del
baño. Carlos miró a Patri preocupado.
- Ya está
todo arreglado, no os preocupéis. –dije antes de que acribillaran a preguntas a
mi amiga.
Blas cogió
mi mano por debajo de la mesa y me dio un beso en la mejilla.
La cena
transcurrió con normalidad, pero por mi cabeza no dejaba de pasar la imagen de
Vane. ¿Qué habría pasado? ¿Por qué no contestaba al móvil? ¿Y Álvaro? ¿Dónde
estaban?
No hay comentarios:
Publicar un comentario