Dani salió
corriendo de la habitación.
-
¡Enfermera! ¡Enfermera! –gritó en el pasillo.
Una joven
enfermera se acercó corriendo hacia Dani.
- Dicen que
se ha movido.
La enfermera
entró en la habitación. Vane había abierto los ojos. Álvaro también entró y
miró a Vane.
- Veamos,
voy a llamar a un médico para que le hagan unas pruebas y después comprobaremos
la movilidad. ¿Dónde están los padres?
- Han ido a
casa a por la hermana pequeña. –informó Álvaro.
- Está bien,
avisadme cuando lleguen.
Los tres
asentimos. Alba y Coraima llegaron junto con David y Carlos. Les contamos todo
lo que nos habían dicho. Pasaron también a la habitación. Blas se acercó a mí y
me dio un beso en la cabeza. Le abracé por la cintura ya que las piernas me
temblaban tantísimo que, entre eso y que apenas me sentía con fuerzas, no había
capaz de levantarme de la cama. <<¿No tienes nada que contarme?>>
me susurró al oído.
Me quedé
pálida. No había haberse enterado. Nadie lo sabía… nadie excepto Patri, que me
miró con cara de culpabilidad. Estaba alucinada. No podía creer que mi mejor
amiga le hubiese contado mi secreto. Mi enfermedad. Carlos me miró.
-¿Estás bien
María? –me preguntó mientras los demás me miraban.
- Sí, claro…
es sólo… la emoción. –respondí. –Tengo que ir al baño, ahora vuelvo.
- Te
acompaño. –dijo Blas.
- No,
prefiero ir sola.
Salí de la
habitación y me dirigí hacia el baño. Una vez dentro, pensando que estaba sola,
me recogí el pelo y vomité. Abrí la puerta, me mojé las manos y me limpié la
cara. Cuando salí del servicio me la encontré. Abrió otra vez la puerta y me
empujó hacia dentro.
- Me
prometiste que no lo ibas a volver a hacer.
- No puedo
evitarlo. Todo esto me está sobrepasando.
- Pero Vane
ya está bien.
- No, no lo
está, todavía tienen que hacerle pruebas. –dije mientras me dejaba caer al
suelo y enterraba la cabeza entre mis manos.
- Pero va a
estar bien.
- ¿Por qué
se lo has contado? –pregunté cambiando de tema.
- Tiene
derecho a saberlo. Y, aun así, te va a apoyar.
- Nadie
quiere a su lado a una persona enferma. –respondí.
- Yo no
quiero a una persona enferma. Yo te quiero a ti. –irrumpió alguien en el baño.