martes, 22 de octubre de 2013

Capítulo 3 ~ Siempre estaré ahí

Carlos: ¿Esperas a alguien?
Yo: No, ¿y tú?
Carlos: ¡Qué va!
Yo: Voy a ver quién es…

Cuando Carlos abrió la puerta, escuché una voz que me resultaba familiar.

Carlos: ¡María! ¡Es para ti!

Me levanté y fui hacia la puerta. Era Coraima.

Yo: Hola Cora, ¿ha pasado algo?
Cora: ¿Puedo pasar, por favor?
Yo: Claro…

Fuimos al salón y nos sentamos. Cogí a Cora de las manos para intentar transmitirle confianza.

Yo: Cuéntame nena. Carlos, ¿nos puedes dejar solas?
Carlos: Vale, si necesitas algo ya sabes Cora…
Cora: Gracias Carlos…

Carlos se fue y cerró la puerta del salón.

Yo: A ver, dime, ¿qué ha pasado?
Cora: Lo he dejado con Sergio…
Yo: ¿Y eso? ¿Por qué?
Cora: Las cosas no iban demasiado bien… además creo que…
Yo: ¿Qué crees?
Cora: Creo que está con otra…

No sabía qué decir, así que hice lo que creía que tenía que hacer en ese duro momento. Abracé a Cora con todas mis fuerzas. Coraima lloraba como una magdalena.

Yo: No llores más pequeña.

Me separé de ella y le limpié las lágrimas con las manos.

Yo: Cora, si Sergio estaba con otra es porque no es el chico que te mereces, así que no derrames una sola lágrima más por él. Tú mereces a alguien mejor. Alguien que te haga feliz. Alguien que te quiera por encima de todas las cosas.
Cora: Gracias por todo, María.
Yo: No las des. Para esto estoy, ya sabes, siempre que quieras, Carlos te abrirá la puerta y yo estaré aquí esperándote.

En ese momento vibró mi móvil.

Cora: ¡Vaya! Qué solicitada estás, ¿no?
Yo: ¡Ya ves! ¡Jajaja! Es Blas, ¿qué querrá?

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