Carlos me
ayudó a preparar todo para organizar mi cumpleaños. Estábamos terminando de
llevar las cosas a la mesa cuando llamaron a la puerta.
Yo: ¡Voy yo!
Abrí la
puerta. Sorpresa. ¡No eran mis amigas! Me reí.
Yo: Pasa,
pasa ¡Carlos! ¡Es para ti!
Blas pasó al
salón.
Blas: Hoy es
tu cumpleaños, ¿verdad?
María: ¡Sí!
¡Jajaja! ¿Cómo te has acordado?
Blas: Bueno…
hay ciertas cosas que no olvido.
Carlos: ¡Eh!
¡Con mi hermanita menos!
María:
Carlos…
Blas: Te he
traído un pequeño regalo. ¡Felicidades!
María: No
tenías por qué. Muchas gracias.
Me acerqué a
él y le di dos besos. Abrí el regalo. ¡¿PEQUEÑO?! Eran unos pendientes de plata
preciosos. Me quedé con la boca abierta. Llevaba varias semanas viendo esos
pendientes en el escaparate de la joyería, pero no se lo había dicho a nadie,
bueno excepto a…
Yo: ¿Carlos?
Tú has tenido algo que ver en esto, ¿verdad?
Carlos: ¿Yo?
¿Por qué iba yo a tener algo que ver? ¡Sólo era el único que sabía que querías
esos pendientes!
Me reí. Miré
hacia abajo. No sabía cómo darle las gracias a Blas por el regalo. Realmente no
me lo esperaba. Finalmente, me acerqué y le di dos besos, seguidos de un:
Muchísimas gracias.
No nos dio
tiempo a hablar más porque en ese instante llamaron otra vez al timbre.
Carlos: ¡Voy
yo!
Yo: Bueno
Blas, siéntate. ¿Qué quieres beber?
Blas: ¿Hay
nestea?
Yo: ¡Claro!
Le di un vaso vacío y un rotulador para que pusiera su nombre y mientras fui a por la
botella de nestea. Cuando volví, vi que ya lo había escrito. “Blas :)”.
Yo: Qué
letra más bonita.
Blas:
Gracias.
Carlos entró
en el salón con más invitados. Eran Aida, Vane y uno de los amigos de mi
hermano.
Yo: ¡Hola!
Aida y Vane:
¡Felicidadeeees!
Yo:
¡Graaacias!
Aida: El
regalo lo trae Patri.
Yo: Sentaos.
¿Qué queréis tomar?
Aida: Coca
Cola.
Vane: Fanta
de naranja.
Yo: ¿Y tú,
Dani?
Dani: Lo
mismo que la rubita.
Desde que
entraron por la puerta, noté que entre Aida y Dani, iba a suceder algo especial.
Y, por lo que pasó después, no estaba muy equivocada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario