Carlos y Patri
habían hecho las paces y habían decidido darse una segunda oportunidad. Él cogió
la mano de Patri, como había hecho siempre.
Patri: Te
quiero.
Carlos: Y yo
más.
Patri: Nunca
he dejado de quererte.
Carlos:
Nunca dejaré de quererte.
Patri no
sabía qué contestar. Era lo más bonito que Carlos le había dicho desde que se
conocían. Se paró en seco.
Carlos: ¿Qué
te pasa?
Patri: Nada…
que te quiero demasiado.
Carlos:
¿Sabes qué?
Patri: ¿Qué?
Carlos: Que
contigo estoy viviendo un sueño.
Patri: Pues
yo no quiero que nos despertemos.
Carlos: Ni
yo princesa.
Sus caras
estaban cada vez más cerca. Se acercaron más. Y más. Hasta que ya no había separación
entre ellos. Sus labios se unieron en un beso que ambos recordarían siempre.
Habían estado saliendo juntos durante dos años, pero siempre habían sido dos
personas distintas. Ahora eran uno. Ese beso fue el más especial de su vida. A
partir de ese beso las cosas cambiaron mucho entre los dos. Pero… siempre se ha
dicho que las segundas partes nunca fueron buenas…
No hay comentarios:
Publicar un comentario