miércoles, 6 de noviembre de 2013

Capítulo 9 ~ De camino a casa (parte 1)

Álvaro: ¿Te acompaño a casa?
Vane: No hace falta, si vivo aquí al lado.
Álvaro: Venga, va, que sí, te acompaño que es muy tarde.
Vane: Bueno, vale. Jajaja

Caminaban uno al lado del otro. Habían estado hablando durante toda la fiesta de cumpleaños pero, ahora, ninguno sabía qué decir. Finalmente fue Vane la que rompió el hielo:

Vane: ¿Qué te cuentas?
Álvaro: Pues nada… que tengo sueño.
Vane: Yo también. Bueno, ya hemos llegado.

Era un chalet decorado con un montón de flores. En la puerta había un cartel en el que ponía:

“Si entras, de aquí no sales.”

Vane buscó las llaves en el bolso.

Vane: ¡Mierda!
Álvaro: ¿Qué pasa?
Vane: Me he dejado las llaves…
Álvaro: ¿Y no hay nadie en tu casa?
Vane: Álvaro… son las cuatro de la mañana… no voy a llamar al timbre a estas horas…

Alguien entreabrió la cortina de una de las ventanas. Parecía una niña pequeña. Volvió a correr la cortina. Al momento abrió la puerta.

Hermana: Hola Vane, ¿quién es ese?
Vane: Es… un amigo.
Álvaro: Hola peque.

La niña se quedó mirando a Álvaro fijamente. Examinándolo de arriba abajo.

Álvaro: ¿Has hecho tú este cartel?
Hermana: Sí, ¿por?
Álvaro: Es muy chulo. Jajaja.
Hermana: Gracias. Vane, me cae bien este chico. ¿Cómo te llamas?
Álvaro: Me llamo Álvaro.
Vane: Bueno enana, vete a dormir que es muy tarde.

La pequeña se fue dando saltitos hacia dentro de la casa.

Vane: Bueno, Álvaro, hasta otra.
Álvaro: ¿Hasta otra? Espero que sea pronto.
Vane: Y yo.


Vane sujetaba la puerta con el pie e iba a girarse para entrar en casa cuando, de pronto, sintió que una mano agarraba la suya suavemente. Se giró. Y al torcer la cabeza sintió cómo los labios de Álvaro presionaban los suyos en un beso apasionado pero a la vez, inolvidable. Ninguno de los dos sabía lo que ese beso significaría en sus vidas a partir de ese momento.

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