El sol se
abrió paso entre las rendijas de la persiana de la habitación. Blas se había
despertado hacía unos minutos. Abrí los ojos.
Blas: Bueno
días princesa.
Me reí.
Blas: ¿Qué
tal has dormido?
Yo: Genial,
¿y tú?
Blas: ¿A tu
lado? Perfectamente.
Le abracé y
apoyé la cabeza en su regazo. Me acarició el pelo.
Yo: Voy a
preparar el desayuno.
Blas: Venga
que te ayudo. No vaya a ser que vuelvas a tirar algo.
Yo: ja ja ja
¡Qué gracioso!
Blas se
levantó de la cama y me cogió de las manos para levantarme. Me acerqué a ver si
Alba y Dani se habían despertado. No, seguían durmiendo. Dani abrazaba a Alba
como si fuesen una pareja desde hacía tiempo, pero se acababan de conocer. Fui
hacia la cocina donde Blas estaba esperándome.
Yo: ¿Qué
quieres desayunar?
Blas:
Colacao, ¿y tú?
Yo: Otro
colacao Jajaja.
Saqué los
vasos, pero no me dio tiempo a ponerlos en la mesa porque, según me di la
vuelta, me encontré cara a cara con él. Nos miramos a los ojos.
Blas: Nunca
había visto a nadie que fuese tan guapa recién levantada.
Yo: Yo nunca
había conocido a nadie tan especial como tú.
Blas: Te
quiero.
No me dio
tiempo a responder porque Blas se acercó a mí y me besó. Dejé los vasos sobre
la mesa y le rodeé el cuello con los brazos. De pronto, sonaron unas llaves al
otro lado de la puerta.
Carlos:
¡María, ya estoy en casa! Siento no haberte avisado, pero al final me quedé a
dormir en casa de Patri.
Carlos entró
en la cocina y al ver a Blas allí dijo:
Carlos: Vale…
ya veo que estáis a lo vuestro. Mejor me voy Jajaja.
Yo: Carlos,
que no molestas.
Blas: Sólo
estábamos preparando el desayuno.
Carlos: Yo
diría que estabais desayunando Jajaja.
Me puse roja
como un tomate. Blas me agarró por la cintura. Empezó a sonar “Unconditionally”,
la nueva canción de Katy Perry. Era el móvil de Carlos.
Carlos: Me
voy que mi reina me necesita. Seguid con lo vuestro pero no os paséis. Jajaja.
Yo: Carlos,
eres muy tonto.
Cuando
Carlos salió de la cocina, Blas me volvió a besar.
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